31 de Julio, 2017
Uno de los grandes éxitos de Mariano Rajoy es conseguir que se hable de él como de un hombre poco dado a la acción, un conservador apegado a la realidad de las cosas, una suerte de Don Tancredo convencido de que la inmovilidad es la mejor manera de que los problemas se vayan solucionando… solos. Triunfa el galleguismo de convicción. La mejor manera de enfrentarse a una realidad complicada, porque la realidad siempre es complicada, por no decir inabordable, es diferir las decisiones (aquí el recuerdo más rebuscado de un célebre general romano, “Cunctactor” de sobrenombre) y evitar cualquier gesto que la haga más difícil. Todo es empeorable, y en grado imprevisible.
Artículo publicado en www.josemariamarco.com 31/7/2017. Leer artículo completo