21 de septiembre de 2017
A tan solo unos días del terremoto que afectó a tres estados del sur de la república, nuevamente la naturaleza puso a prueba el temple de los mexicanos. La pérdida de vidas humanas, la impotencia, el dolor, las heridas y el temor se hicieron presentes como ocurre en este tipo de desastres. Pero, como siempre, México se levanta con fuerza y demuestra al mundo que es un país inquebrantable y solidario.
A través de los cientos de kilómetros que abarca esta catástrofe, nos conmueve ver a miles de brazos rompiendo lozas y escarbando tenazmente para rescatar a un desconocido —y una cadena de soporte de otros tantos miles de brazos detrás de ellos—. Las tiendas están vacías de material médico y despensas, porque la gente de todos los estratos sociales se volcó a comprar todo lo que pudo para hacer un donativo.
Artículo publicado en www.ricardosalinas.com 21/09/2017. Leer artículo completo