3 de marzo de 2019.
En 1928 Stalin hizo un viaje por Siberia que duró tres semanas. Había derrotado a sus adversarios dentro del Partido Comunista y era ya el amo supremo de la URSS. Comenzaban a escasear los cereales en el inmenso territorio y, luego de aquello que vio y oyó en ese recorrido, Stalin sacó las conclusiones ideológicas pertinentes. De acuerdo a la doctrina marxista, la culpa la tenían los campesinos retrógrados, que, gracias a la expropiación de los latifundios y la liquidación de los kulaks, habían pasado a ser pequeños propietarios y contraído las taras características de la burguesía. ¿La solución? Obligarlos a ceder sus granjas y dominios e incorporarse a las granjas colectivas que harían de ellos proletarios, la fuerza pujante y renovadora que reemplazaría su mentalidad burguesa por el fervor solidario de los bolcheviques.
Artículo publicado en www.elpais.com 03/03/2019. Leer artículo completo