11 Junio, 2017
Los populistas no gustan de los intelectuales. Son gente pusilánime, lo problematizan todo, viven en su torre de marfil, desprecian lo vulgar. En cambio, muchos intelectuales se sienten fascinados por el populismo, y eso desde la invención del populismo moderno, en la Rusia del siglo XIX (antes los populistas ya habían obtenido grandes éxitos, en la Inglaterra del siglo XVII y en la Norteamérica del XVIII: no se entiende Estados Unidos sin ellos). Efectivamente, los intelectuales, o los clérigos, según la expresión del francés Julien Benda, es decir la gente con educación media o superior y que se dedica –muy en general- a las letras o a las ciencias, a las cosas del intelecto, suele sentirse mal pagada, excluida de una realidad que le parece más apetecible de lo que es, con carreras profesionales de recorrido corto, poco amenas, nada variadas. No están, en resumidas cuentas, demasiado contentos con su vida.
Artículo publicado en www.josemariamarco.com 11/6/2017. Leer artículo completo