5 de noviembre de 2020
Una aplastante mayoría de chilenos votó por una nueva Constitución redactada por una Convención Constituyente en el plebiscito del 25 de octubre. Para esa amplia mayoría fue el momento de la ilusión y la esperanza, de la hoja en blanco que cada uno llena con sus sueños particulares, un instante maravilloso en el que como niños nos dejamos arrullar por la promesa irresistible de una noche de Navidad generosa. Ojalá pudiese ser así de fácil y de mágico, pero como Carlos Peña no se cansa de enseñarnos, el deseo o principio del placer se estrella a menudo con el duro principio de la realidad; las cosas como quisiésemos que fuesen con lo que realmente son; el sueño de la abundancia con las implacables limitaciones de la escasez. Cuando ello pasa, la ilusión puede fácilmente transformarse en desencanto y el desencanto es la breve antesala de la rabia. Mucho me temo que por esa pendiente se deslice nuestro país.
Artículo publicado en www.ellibero.cl 5/11/20. Leer artículo completo