Ciudad inmensa y triste. Por Mario Vargas Llosa

17 de marzo de 2019.

A finales de los sesenta tomé mucho cariño a Inglaterra; fui dejando de ser un socialista y convirtiéndome poco a poco en lo que trato de ser todavía, un liberal. Pero, desde el Brexit, se me deshizo en la memoria.

Vine a Londres por primera vez en 1967, para enseñar en el Queen Mary’s College. Me tomaba una hora en el metro llegar a la universidad, desde Earl’s Court, y otra hora regresar, de modo que empleaba esas dos horas en preparar las clases y corregir los trabajos de los alumnos. Descubrí que me gustaba enseñar, que no lo hacía mal, y que aprendía mucho leyendo, por ejemplo, a Sarmiento, cuyo ensayo sobre el gaucho Quiroga pasó a ser desde entonces uno de mis libros de cabecera.

Artículo publicado en www.elpais.com 17/03/2019. Leer artículo completo